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Los filas, el Faisal, la Cheby, Yeronimito y un Pobre Pendejo


Los Filas Brasileiros son perros de muy bonita estampa, se ven relajados y tienen un andar singular, como su nombre lo dice es una raza de Brasil, que se ocupaban como perros de protección. En las exposiciones canófilas esta es única raza que juez no puede tocar debido a que son perros extremadamente agresivos.
En el año del 99 al 2000 estuve viviendo en Ensenada BC, ahí conocí a personas muy chidas una de ellas fue la Chebola y toda su familia, la cheby tiene una pet shop, es estilista, y de las chingonas, de perros. A ella de gusta ese desmadre de andar de perrera dando el roll en las exposiciones.
Por medio de la Chebola conocí a un wey que creo es libanes, o al menos alguno de sus padres, el wey este tiene toda la porte de un árabe, en ese tiempo estaba mamadon,, su físico imponía, además que era una rara mezcla entre árabe y un norteño mexicano, Usaba vaqueros americanos y botas de animales exóticos, era de esos tipos que se abrocha los cuatro botones de la camisa y enseñaba todo el pelo en pecho en donde se perdía una pinche cadenota(Tipo cadena de castigo de panza de víbora) de puro orégano. Hasta me daban ganas de sacar una hacha y córtale el pescuezo pa chingarme la mentada cadenita. El pedo es que este tipo, el Faisal, era un criador de filas. Compartían mucho era igual de agresivo que ellos, de todo la hacía de pedo, pero a pesar de eso era buena bestia.
En ensenada estudiaba un chilango en la facultad de Ciencias Mariguas, Marinas perdón, este wey, al que llamaremos Carlos porque ahora no recuerdo su nombre, también criaba Filas, el pedo es que según el Faisal este wey le estaba bajando los clientes a la malagueña, decía que el otro wey decía que sus perros, los del árabe, tenían displacía de cadera y que no cumplían con todos los detalles del estándar racial.
Una noche, Faisal me pido que lo acompañara por un semental, después de ir al criadero nos dirigimos a la casa del chilango, en la troka del Faisal íbamos la cheby, la gab el Faisal y yo en la parte de atrás con el pinche perrote custodiándome. El plan del pinche árabe fue, yo me iba a bajar, ir al departamento del Carlos y decirle que tenía un perro y que quería cruzarlo con una de sus perras, una vez afuera de su casa, el Faisal entraría en acción y le pondría una putiza.

Y yo como soy un buen ejemplo del mal ejemplo, entre a la casa del chilango, el wey estaba con su morra viendo la tele en la sala, estaba en short y tenis, le dije lo del perro y el wey salió. Una vez en la calle, el wey vio al perro, ya estábamos disque tratando la monta, cuando entro el Faisal, le dijo unas mamadas, lo trepo a la camioneta y ahí vamos, ese wey y yo en la caja de la troka junto con el perro que ni lo dejaba moverse.

Llegamos a un baldío lejos de la ciudad, yo me baje de la chamion y el Faisal me metió de volada a la cabina junto con las morras. El otro pobre pendejo estaba todo cagado, a punto de chillar se le cortaba la voz cuando tenía al árabe en frente. Faisal le sacaba unos 15 cm y estaba más mamado, como no se iba a cagar el otro pendejo. Carlos de paro en la caja, el Faisal después de invitarlo a bajar y el otro wey al no responder, Faisal brinco, lo agarro del cuello de la camisa y lo bajo bien gacho. El chilango de ha dado un pinche caraso al piso que yo hasta cerré los ojos. –me acuerdo y me cago de risa. En el Piso el Faisal lo levanto de las greñas, le dio dos tres putazos en la cara y otra vez el pinche chilango al piso, esta vez el wey no se levanto ni lo levantaron, el árabe, que ya estaba hecho un energúmeno le puso un rodillazo en las costillas. El otro wey si quedo bien descompuesto chillando en un rincón, pinches putazotes le habían acomodado. Y yo había ido por él hasta su casa para dárselo al Faisal en bandeja de plata. (Me sigo cagando de risa, pobre pendejo. Espero que ese karma nunca se me regrese ja).
Al Carlos ahí lo dejamos tirado, bien madreado, chillando, sin un quinto y rete lejos de su casa, y ya pasaban de las 12 jajajaja, lo reitero, POBRE PENDEJO.
El Faisal nos dejo en nuestras casas, esa pasades de verga me puso como el manejador oficial de los filas del Faisal en las expos. Pero ese es otro cuento.
Al chilango, o el pobre pendejo, compañero de escuela de mi hermana, lo volví a ver, pero nunca me dijo nada, se agachaba o se iba de lado y yo nomas le regalaba una sonrisa burlona jajaja.

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