Me cago Sobre Oliva

El día de mi cumpleaños se armaron las caguamas en el depa, aquí no se puede hacer fiestas entre semana, así que no sé si fue una pequeña fiesta o una reunión más o menos concurrida. Ya después que todo se termino nomas nos quedamos el Tello,Mariam y lloviznando en el banco. La Mariam, no me dio, me propuso un un un regalo de cumpleaños. Me dijo que si quería le podía hablar a una amiga de ella. Una que yo de volada supe cual era, una morra que la había visto unos meses antes en una fiesta allá donde la novia del Tello.

Mariam apretó ptt y la Caro contesto, ella también me ubico y de luego luego dijo que nos fuéramos a seguir la pary en su depa.Y yo con un cohete en mi pantalón, la Mariam al volante y el Tellito, también conocido como Dr. Mora y cualquiera de sus derivados, de copiloto y consejero emprendimos el recorrido a la casa de la morra. Cuando llegamos, más tardamos en presentarnos que intercambiar saliva. Luego el Mora y su morra hicieron paro y se fueron. Ya cuando estábamos solos, que se empieza a agüitar la morra. Que me dice, en pocas palabras, que no se iba a mochar si no le pedía que fuera mi vieja, pero acá formal el pedo, entonces, yo dije, de manera categórica, que nel.

Ni pedo, me despedí de ese puerquesito. Era una rubia Vodka de exuberantes curvas, en sus piernas un dragón centinela de la galletita. Besos fríos, refrescantes, Tonic mucho hielo. Ni pedo, que hacer. Y yo, como siempre, sin un cinco y el pedo es que ella vive en el Hidalgo con trojes y yo en Insurgentes, a la altura del Superama.

La morra amablemente me acompaño a la puerta del edificio. Desde ese día no la he vuelto a ver.Bueno, me resigne a caminar un chingo y me lamente por no traer de todo- dinero, pisto, condominios y el cohete antes mencionado-. Sin preámbulo, el camino estuvo sin novedad, pero, por la larga caminata que se me afloja la fruta, se me antojo columpiar el tamarindo. Iba ya casi llegando a mi casa, a la altura del templo de Nuestra Señora de Señora de San de los Lagos. Simón, la que esta en una gloria, acá por Paseo del Moral, justo al lado derecho, si se ve a la puerta principal de frente, hay un portón muy grande de madera, una casa que ocupa toda una manzana, de las bardas se asoman unas palmeras frondosas, enormes, muy bonitas, resguardadas por una pared de piedra. Dicen que tiene helipuerto en la azotea.

Bueno, que me acuerdo que esa casa era de pinche puto de Oliva, me acorde que, dicen los periódicos, costo UN MILLÓN DE DOLARESSSSSSS.

Chale, pos que me me bajo los pantos, con todo y calzones. Aplico aguilita y que la tiro toda en frente de la casa, casi entre la calle y la banqueta. Chingue su, que volteo hacia el cielo, cierro los ojos y pujo fuertemente, y se me salio todo el relleno de pavo navideño. De mis labio nació una sonrisa desahogada y honesta, y pensé trágate esto pinche Oliva, tú o una de tus gordas hijas y si te queda un cacho dáselo a uno de tus amigos, hijos de puta yunkistas.

Ni me limpié la cola, de volada se prendió la luz. Me subí los pantos y que me doy a la fuga, que al cabo ya estaba a dos minutos de mi casa.

Cagar en la puerta de puerta de un personaje relevante a nivel nacional no es algo que se aplauda. Pero tener a la mitad de la población mexicana viviendo en la pobreza y mientras comprarse una casa de más de $10 000 000, Diez millones, DIEZ, es deshumanizado, pasado de lanza. Por eso desde aquí y donde se encuentren, Chinguen a su madre panuchos de cagada